lunes, 19 de agosto de 2019

valores universales y la glesia




Hablar de valores Universales, en nuestros tiempos y tomando como referencia nuestro contexto actual,  se vuelve tedioso y casi imposible, diversas teorías hasta el momento, no se han podido poner de acuerdo acerca del problema axiológico que representa y mucho menos del impacto ecosocial al que nos referimos y al cual nos enfrentamos.
 Aunado al mecanismo ideológico de un sistema que nos induce en una maraña de mercado, patrocinado por la competencia y el consumismo; pero que sin embargo con todo  este tejido ensombrecido por  el Espíritu del capitalismo y toda su falacia hegemónica. Ahora bien, esto, podría discernirse desde las diferentes disciplinas establecidas para ellos, sin embargo, el fenómeno adquiere mayor relevancia, cuando están de por medio la dignidad de los seres humanos, el derecho a vida digna y el sometimiento a la demagogia despótica del lucro y de la destrucción---demagogia despótica,  porque es un discurso utópico, cargado de retórica y de espíritu lucrativa; y destructiva, porque con estas acciones, el ser humano no solo se destruye solo, sino que, destruye su entorno y su universo; y que paradójicamente es de manera racional---Donde cada día más el consumismo y la estructura de sistema capitalista nos absorbe, a un exagerado fenómeno de competencia en todos los sentidos,
“Tal vez como nunca antes, el tema de los valores cobra hoy una importancia capital para los destinos del género humano. Se trata de una relevancia no sólo teórica, Sino, sobre todo, práctica. Vivimos la paradójica situación de un mundo que dispone de altísimos niveles de desarrollo económico   y tecnológico y sobre el cual se ciñen, sin embargo, los más amenazantes peligros que haya tenido que enfrentar la humanidad en toda su historia. Peligros que provienen no de fuentes puramente naturales, no de imaginarios ataques extraterrestres, sino –he ahí la paradoja– del propio accionar humano. Las catástrofes “naturales” son cada vez menos naturales y el reiterado anuncio hollywoodense de una guerra intergaláctica ha encontrado su correlato real en conflictos cada vez más terrenales. Mientras tanto, una masa creciente de mujeres y hombres, de niños y ancianos –muchas veces olvidados, lamentablemente, por ecologistas y por Hollywood– carecen de las condiciones más elementales para una vida que dignifique el calificativo de “humana”, en circunstancias –y he ahí de nuevo la paradoja– en que los niveles productivos y tecnológicos alcanzados son más que suficientes para otorgarle una vida digna a cada ser humano”.[1]
Así comienza su libro José Ramón Favelo[2] “Los Valores Universales y sus Desafíos Actuales” (2004). Obra magna que le ha validos múltiples premios, tanto en su país de Cuba como en otros países  ---más de 50 para ser exactos--- donde expone de manera contundente o al menos  desde otra perspectiva,  el problema axiológico de los valores, comenzando con la semántica de estas Virtudes, y terminando con los desafíos a los que se encuentra hoy día dichos preceptos. Muchas de las cuestiones y fenómenos sociales y naturales en su mayoría, son producto del accionar del hombre y que por supuesto tienen injerencia con los valores, con la moral y la ética.
Son por la ausencia de estos, que el ser humano se vuelve depredador y que conscientemente, destruye todo en cuanto está a su paso, procurando adaptar su entorno a sus necesidades, no importándole en lo más mínimo el cuidado del ecosistema.
Los valores Universales, son importantes dentro del ámbito de la Moral y la Ética, son elementos que influyen profundamente en nuestro comportamiento, y sobre los cuales la filosofía y las diferentes ciencias que analizan el comportamiento humano han intentado reflexionar e investigar. Limitamos nuestra conducta en pos de la posibilidad de poder convivir con otros.
Son múltiples las líneas de pensamiento filosóficas que se han planteado interrogantes al respecto de estos temas y que han explorado los conceptos elaborados por tal de darles una explicación.
La sociedad, actualmente, vive o está sumergida más bien en una creciente---y cada día más---crisis de valores. No es posible, ni con tantos, teorías, ni ciencia, ni tecnología, mucho menos con tanto avance en el arte o en el conocimiento hasta nuestros días, establecer que es lo bueno y que es lo malo, ni siquiera hemos podido acercarnos a la más ínfima realidad a este complejo sistema de virtudes,  los cuales por una razón u otra, despliega parámetros de conductas o normas y reglas de la misma.
Hoy día el dinamismo social, recapitula un creciente retroceso, hacia el sistema conductual de las personas. Se ha perdido, la preocupación por la alteridad, por el otro, por los que cohabitan con nosotros en el universo, por la ecología, por el cuidado de los otros  seres vivos que vivimos el planeta tierra;  tanto  plantas como animales y a esto se le llama ecología.
El hombre no solo ha sido depredador de su misma espacie[3] sino que ha sido el mayor y máximo depredador de todas las especies que lo rodean.
Ya los principios y virtudes que permean la Justicia y el derecho, se han perdido u olvidado, las relaciones sociales se han volcados tensas en la mayoría de los casos; nuestras relaciones sociales, son marcadas por un fenómeno hegemonía llamado mercado, por la competencia dejando de lado el sentido de armonía, de cooperación de solidarizar, de comunicación y de inclusión, hoy hablamos de competencias de individualismo, de oposición, de rivalidades, de dominación, la lógica de superioridad de enseñanza ha traspasado sus fronteras físicas y materiales, nos hemos constituidos en un animal que razona para mal, para hegemonizar, para destruir, para representar superioridad, somos seres destructores y devastadores, sin principios, ni virtudes, ni valores, sin ética y moral.
Hemos cambiado nuestro contexto, nuestro mundo, nuestro entorno, y, hemos además, adaptado a la naturaleza a nuestra forma de vivir, estamos transformándola, a nuestra practicidad, a nuestra creencia, a nuestros intereses, a nuestra forma de vida, aunque con ello, se rompa los parámetros de las leyes naturales o peor aún que los imperativos categóricos universales de la naturaleza, queden lacerado, maltratados y descompuestos, olvidados que por ende, la misma naturaleza, tarde que temprano, nos tenga que cobrar la factura y que en mucha de las cosas, con creces difíciles de pagar, entramos en una especie de “Karma Social”.
Por ende, se descomponen las formas de estructuras entre las comunidades, entre las organizaciones, entre los grupos en general, entre los seres humanos. En este  mismo sentido, el   hablar de ética o de moral,  se provee casi imposible en nuestra época. La conducta humana se ha pervertido mucho más, en los últimos 50 años, que desde la época de las cavernas.
No podemos avanzar en este tipo de temas, mientras el ser humano no tenga claro y entendido de manera casi imperativa (imperativo categórico Kantiano)[4] el sentido de comunidad.  Esta sociedad actual, ha perdido este sistema deontológico de principios y se ha convertido en un robots, deficiente, reproductor y consumista, enajenado por  la mercadotecnia, y dependiente de manera total al consumismo. Provocando con esto: la autodestrucción de la humanidad, calentamiento global, ecocidios, incendios masivos de bosques, contaminación de ríos, de mares, lagunas y mantos acuíferos. Paradójicamente  Favelo, menciona en esta misma obra ---citada arriba--- que: aunque tenemos altos niveles de desarrollo, tanto económico como tecnológico, y, sobre el cual se ciñe sin embargo los más amenazantes peligros que haya enfrentado la humanidad en toda su historia. Peligros que sin embargo, no provienen  precisamente  de fuentes naturales, ni de ataques extraterrestres, sino que he ahí la paradoja. Estos fenómenos y problemas los ha ocasionado el accionar del hombre. Y que, los avances tecnológicos, y los sofisticados sistemas de desarrollo, no han sido necesarios ni han tenido la suficiente eficacia, para otorgarle una vida digna, no solo al ser humano, sino al planeta mismo. Hoy día Pues,  son más las catástrofes  y cada vez son menos naturales;  nos hemos olvidado, estando afanosamente en cubrir nuestras necesidades, que, existen otros seres a nuestro alrededor.
Los valores suplen, en la sociedad, la función que en otras especies desempeñan los instintos biológicos, sobre todo, el del auto conservación. El hecho de que el género humano haya puesto en peligro su propia supervivencia es el más claro indicador de la aguda crisis de valores que la humanidad está enfrentando actualmente. La comprensión de esta crisis, en sus sentidos más profundos es un requisito imprescindible para su superación, y ello presupone indagar en el complejo mundo de los valores humanos.
Urge tomar las riendas, ya enserio de nuestras vidas, necesitamos de manera prioritaria voltear al lamento de la tierra.  Los quejidos y llantos de nuestro planeta se escucha por doquier sin que el hombre haga nada por callarlos, o al menos se ponga manos a la obra para una medida a tal dolor, ensordecemos nuestros oídos y cegamos nuestros ojos, y un sistema ideológico, filosófico y bien estructurado, nos empuja cada vez más a las garras de la desobediencia al clamor natural.

La entrega de un ser---Jesus---se ha politizado, se ha economizado, pero no se ha socializado, no se ha entendido. El hombre ha vuelto su afán en un interés económico, a tal grado que su único objetivo es capitalizar de manera sustantiva, su tiempo, su espacio, y en su entorno. Pareciera que cobra vida el espíritu capitalismo sobre el sentido humano, sobre el sentido armónico, y sobre los principios, normas y leyes naturales que rigen a la sociedad.

Hay una pugna social de aculturación[5], valiéndose de aparatos ideológicos en la cual según Althusser[6] : Se pone de manifiesto entre otros la reproducción de los medios de producción y la forma como estos “unen” aparentemente a los obreros en la producción de un determinado producto. Consecuencia directa de esta normalización según Althusser aparece la división del trabajo y la entonces normalidad que este tiene en la vida del obrero, para quien “no hay más vida que la que el mismo funcionamiento de la máquina le dé”. En este mismo capítulo pone de manifiesto los conceptos de infraestructura y superestructura. La primera hace énfasis en la calidad de los trabajadores que ejercen su labor desde una perspectiva de utilidad mas no de reproducción, y la segunda es la que determina las condiciones en las que se deben dar estas reproducciones, y aquello que está permitido en ser reproducido por ellos.
El estado, Según Althusser (y aquí acude a la teoría marxista del Estado) al ser el Estado un agente represor, que tiene en su poder el monopolio legítimo de la fuerza y que a su vez lo hace legítimo, se describe a sí mismo como eterno y lo reproduce en la infraestructura, que a su vez le dará el poder legítimo que tiene. Sin embargo, esta reproducción no la puede hacer una sola persona, ya que se acude a varios instrumentos como lo son:
ü  Lo religioso (el sistema de las distintas iglesias)
ü  La escuela (el sistema de las distintas “Escuelas”, públicas y privadas)
ü  La familia (la familia cumple, evidentemente, otras funciones que la de un AIE. Interviene en la reproducción de la fuerza de trabajo. Es, según los modos de producción, unidad de producción y(o) unidad de consumo)
ü  Lo jurídico (“Derecho” pertenece a la vez al aparato (represivo) del Estado y al sistema de los AIE)
ü  Lo político (el sistema político del cual forman parte los distintos partidos)
ü  Lo sindical
ü  Los medios de comunicación informativos (prensa, radio, T.V., etc.)
ü  La cultura (letras, bellas artes, deportes)
A estos términos Althusser los denomina AIE (Aparatos Ideológicos del Estado), como tales estos instrumentos siguen una línea en la cual representan al Estado sin darse cuenta, incluso en una parte crítica como la escuela que supone más debate, Althusser cuestiona el papel del maestro que se esfuerza por generar elementos discursivos diferentes, pero que finalmente no sirven de mucho, ya que la reproducción viene desde su discurso. Mas estos discursos que ponen en práctica el lugar que ocupa cada uno en la sociedad, según Althusser se ven reflejados en la vida práctica. Además en filósofo explica que hablando precisamente de la ideología, al ser puesta en duda  y, sobre todo, al decirse de ella que es una falsa conciencia creada, Althusser señala que la ideología divide entre individuo y sujeto. El sujeto es partícipe y actúa en algún punto de militancia en una ideología, luego el sujeto vive en sociedad; en cambio, el individuo se pierde inmediatamente cuando nace, ya que al momento de ponerle un nombre se pierde lo individual y se ve atado tanto a la familia como a la escuela o al Estado. La ideología representa así una relación imaginaria entre individuos con sus condiciones reales de existencia, que, en última instancia, son las relaciones de producción a las que está sujeto.

De esta manera, siguiendo al filósofo francés,  un sistema hegemoniza su filosofía para someter a los más débiles. La solidaridad, la armonía, la paz interna y la integridad del ser humano son historia. Adoptamos una practicidad y la conducimos a un liberalismo total. El ser humano, hoy día, la capacidad de argumentar tales defectos.

Los seres humanos, nos hemos vuelto tan egoístas, que nos hemos olvidado de nuestro entorno, de los otros y de nuestro planeta,  del oikos.

Oikos, en griego antiguo se escribe οἶκος (oíkos), significa ‘casa’. En la Antigua Grecia, la casa comprendía no solo el conjunto de bienes, sino también de personas que constituían la unidad básica de la sociedad en la mayoría de las ciudades-Estado.

Los oikos llegaban a funcionar como una unidad económica y social, en la cual se desarrollaban actividades agrícolas y pecuarias. En este sentido, el oikos era la base de la sociedad griega antigua.

Como tal, el oikos se constituía por una cabeza de familia o telestai, que era el hombre de más edad, y su familia extensiva, es decir, que no solo incluía a su familia nuclear, formada por su esposa e hijos, sino también a varias generaciones de descendientes, y, finalmente, los esclavos. La vida, en este sentido, estaba organizada en torno al funcionamiento del oikos, pues a partir de este se satisfacían las necesidades básicas a nivel material, ético y espiritual de las personas, es decir, aquellas que estaban asociadas a la vida cotidiana de la gente de la Grecia Antigua.
De allí que de la palabra oikos, en conjunto con nomos, que en griego significa ‘patrimonio’, se haya derivado una palabra que designa un concepto fundamental en las relaciones humanas: la economía.
De la misma manera, podemos entender la  esencia de Jesucristo como lo establece la biblia en uno de sus pericopa a saber:
La biblia dice en el libro de Mateo, en su capítulo  6  versículo 11  lo siguiente:
            “Danos hoy el pan nuestro de cada día”[7]
Jesús nos enseña a orar a Dios que nos dé el pan de cada día (Mateo 6:11). Obviamente, Jesús no les estaba diciendo a sus discípulos que solo oraran por pan. Pero el pan era un alimento básico en la dieta de los judíos y lo había sido durante muchos años. Por otra parte, el pan era un símbolo poderoso en el Antiguo Testamento de la provisión de Dios con su pueblo.
Recordamos cómo Dios cuidó de los Israelitas cuando estaban en el desierto después de su salida de Egipto. La vida en el desierto era difícil, y pronto la gente comenzó a quejarse de que sería mejor volver a estar en Egipto, donde tuvieron comida excelente para comer. En respuesta a estas quejas, Dios les prometió hacer “llover pan del cielo” (Éxodo 16:4). A la mañana siguiente, cuando la capa de rocío se evaporó, había sobre la superficie “una cosa delgada, como copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra… Era como la semilla del cilantro, blanco, y su sabor era como de hojuelas con miel” (vv. 14, 31). Cuando Dios alimentó milagrosamente desde el cielo a su pueblo, lo hizo dándoles pan.
Es interesante que en el lenguaje de la cultura occidental, a veces nos referimos a una de las personas en el matrimonio (lo que solía ser casi exclusivamente del marido, pero no tanto en estos días) como el asalariado del hogar. Sin embargo, más coloquialmente, llamamos a esa persona el “que trae el pan a la casa”. Incluso en nuestra jerga, usamos la palabra pan como sinónimo de “dinero”. El pan sigue siendo, al menos en nuestro idioma, un símbolo poderoso de la base rudimentaria de provisión para nuestras necesidades. En tiempos antiguos por ejemplo el pan se convertía en algo simbólico, pero también algo muy necesario. Oseas es un claro ejemplo de esta referencia, veamos algo acerca de este libro en sintonía con la importancia del pan.

“El pan era un artículo de consumo de mayor importancia en el antiguo cercano Oriente, y el precio  de los cereales es un índice infalible de  las condiciones económicas en cualquier periodo dado. En la primitiva Babilonia el grano de trigo constituía la unidad básica para el sistema de pesas, y los cereales remplazaban el dinero en el comercio. Oseas pago en grano parte del precio de su esposa[8].
Si bien contamos con mucha información en  referencia a  los cereales, son muy escasas lo referente al precio del pan, porque generalmente lo hacía cada ama de casa…..Probablemente el pan que se consumía mayormente era el de cebada y el hecho de alimentar a los caballos con esta misma, no significaba que se le diera menor importancia….no es de extrañarse que un artículo de vital importancia haya dejado, no solamente marca en la cultura sino también en el lenguaje, de igual manera en simbolismos. La palabra pan, se refería también a la comida en general; también el pan se utilizó para comidas sagradas”[9]
Veamos ahora un ejemplo de la incertidumbre de no tener este artículo básico:
              “Después de que termino la Guerra de Corea, Corea del Sur se quedó con un gran número de niños huérfanos. Hemos visto lo mismo en el conflicto de Vietnam, en Bosnia, y en otros lugares. En el caso de Corea, muchas agencias de ayuda llegaron para hacer frente a todos los problemas que surgieron por consecuencia de tener tantos niños huérfanos. Una de las personas que fue parte de este esfuerzo de ayuda me comentó de un problema que había encontrado con los niños que estaban en los orfanatos: A pesar de que a los niños se les proveía tres comidas al día, llegando la noche se ponían inquietos y tenía dificultad para dormir. Hablando más con ellos, se dieron cuenta de que la ansiedad se debía a la incertidumbre de si tendrían comida para el día siguiente”.
Para ayudar a resolver este problema, los trabajadores de ayuda de un orfanato en particular decidieron que cada noche cuando los niños se fueran a la cama, las enfermeras les pondrían un pedazo de pan en cada una de sus manos. El pan no era para que se lo comieran sino para que lo pudieran sostener en sus manitas mientras se quedaban dormidos. Era como una “manta de seguridad” para ellos, recordándoles que habría provisión para sus necesidades diarias. Efectivamente, el pan les calmó la ansiedad y los ayudó a dormir. Del mismo modo, a nosotros nos consuela saber que no nos faltara comida, o “pan” para suplir nuestras necesidades físicas.
Tenemos entonces que, la petición que se encuentra en el Padre Nuestro,  nos enseña a venir al Señor con un espíritu humillado dependiente de Él, pidiéndole que supla nuestras necesidades y que nos sostenga diariamente. No se nos da licencia para pedir grandes riquezas, pero se nos anima a hacer conocer nuestras necesidades a Él, confiando en que Él proveerá.
Pareciera como si la mano de Dios nos es invisible y que no podemos discernir su misericordia providencial en nuestras vidas, puede ser por la manera en la que oramos. Tenemos una tendencia a orar en general. Cuando oramos en general, solo vemos la mano de la providencia de Dios en lo general. Al entrar en la oración, por medio de la conversación y comunión con Dios, hay que poner nuestras peticiones delante de Él. Al derramar nuestras almas y nuestras necesidades en específico veremos respuestas específicas a nuestras oraciones. Nuestro Padre nos ha invitado a ir a Él y pedirle nuestro pan de cada día. Él no fallará en proveerlo.
Ahora bien el mismo texto, tomado del lenguaje original griego se traduce de la siguiente manera:
“El pan de nosotros, el de cada día da a nosotros”[10]. 
Como podemos apreciar, en el lenguaje original griego, se repite la palabra “nosotros” dos veces,  a diferencia de la traducción Reina Valera; así mismo, hay una petición de continuidad y progresión, que puede traducirse como una súplica constante y un ruego de manera cotidiana y de rutina. Podemos entender entonces, que, el ser humano debe asimilar que la bendición y las cosas que posee, en primera instancia es provista por Dios;  pero que, a la vez, es preocupación de todos, es ruego de comunidad, de grupo y no de uno solo y que es para compartir, en unidad y de armonía. Y que además la palabra “da”,  es relativo al verbo en infinitivo dar; y que nos da a entender que, el único proveedor,  es,  ese ente divino llamado Dios.
El cuestionamiento que nos surge ahora, es como poder reconciliar a la necesidad de esta sociedad en un sistema hegemónico y consumista, como sanear esas necesidades desde las diferentes disciplinas. Su propuestas alternativas---porqué algo debe hacerse y de manera inmediata---que opciones tienen ahora, no solo los necesitados, sino la sociedad en su conjunto, tengo la idea firmemente que la sociedad en general, es más el planeta mismo gime por que se le atienda, las relaciones sociales están decayendo, no hay virtudes, valores ni mucho menos ética y moral, no se encuentra un equilibrio en el existir del ser humano. No hay planteamiento nuevos y frescos que ofrezcan nuevas opciones de cambios, seguimos por la misma línea trazadas desde hace muchísimo tiempo y esto nos está llevando a la aniquilación total. Como poder entonces llevar ese alimento, ese pan, como sufragar la hambruna de los países o de las comunidades, como cambiar el rumbo de la filosofía de la humanidad para que abandone el egocentrismo de poder y se centre en un coperacionismo social, un coperacionismo social, donde,   las riquezas sean repartidas para que todos posean, para que todos tengan y no haga falta nada a nadie, exactamente como lo experimentaron los primeros cristianos[11] según el mandato de Dios;  en un oikos divino, en un  ambiente de convivencia, de sentido social,  de armonía en un jobel.







Conclusión.

La iglesia o más bien el mundo cristiano está en crisis, en todos los sentidos, tanto material como espiritual. La iglesia se ha hermetizado y ha cerrado su círculo en torno a un ego-íglesismo, en un ferviente  derroche de dogmas y presunción de reglas y normas humanas, a tal grado que el mensajes oikos, que los principios deontológicos divinos de yobel, armonía y jubilo; de unidad, solidaridad y comunidad; han brillado por su ausencia, hay un extrañamiento continuo de dichos preceptos, pero hay un notable sentido de patriotismo eclesiástico y de envestidura cristiano-humanizado. Que lejos de ayudar a perjudicado la armonía, la santa cena (como llamado a la partición de los alimentos) y la convivencia en la convocatoria a la iglesia. Esta envestidura cristiano-humanizado; se ha volcado en un sentimiento “patriótico  de identidad eclesiástica”, donde cada quien busca satisfacer sus intereses en base a sus necesidades y donde poco le importa encontrar ese equilibrio integral hacia uno mismo, pero también hacia el otro, hacia la otredad y hacia la alteridad y hacia el universo y la ecología. ¡Vamos, hacia el oikos!

El sentido divino de preocupación por el otro, por la alteridad, por la comunidad, se ha olvidado. Hoy día creo de manera tajante que la iglesia debe ser itinerante, del camino, paseante y en pro de restauración. Restauración en el sentido estricto de la palabra, no solo del alma, sino de manera integral; es decir, restauración ecológica, más bien preocupación ecológica, ya que si seguimos en esta sintonía, tarde o temprano la naturaleza y sus leyes, nos cobraran la factura y con creces, y que a la postre será muy difícil de pagar (subsanar y reparar).

Debemos concientizar en los principios de valores, de moral y de ética, cultivando, transmitiendo y fomentando las virtudes que de manera natural se nos ha otorgado.

Hace falta proclamar el reino de los cielos o el reino de Dios, desde la humanización, desde la concientización, desde la integralidad: individuo-individuo, individuo-grupo, individuo-comunidad, grupo-comunidad, comunidad-universo, universo-ecología, estas dicotomías serian interesante tratarlas, desde la perspectiva deontológica; tomando a esta como un deber y no desde el derecho, tomándola como obligación coaccionada. El cuidado de nuestra casa, de nuestro entorno, de nuestro mundo incluyendo al otro e incluyendo también las relaciones sociales que se ejercen dentro de este, debe ser prioridad, debe sentirse patrimonio humano, debe ser una identidad, que válgase la palabra identifique la racionalidad del ser humano.

No podemos dejar que una ideología, que una filosofía y que el poder, hegemonice y politice los valores, y que un sistema nos dicte lo que tenemos que hacer, aculturando nuestra esencia de seres humanos,  adjudicándose además la patente de los principios éticos y de los principios morales. Tomando en cuenta que la aculturación, La aculturación es el proceso a través del cual un individuo, un grupo de personas o un pueblo adquieren y asimila los rasgos y elementos de otra cultura diferente a la propia. De esta manera y por diversas causas muchos individuos o grupos sociales han modificado o adaptado diversos elementos culturales propios por otros, poniendo en peligro la pérdida de su cultura. Cabe mencionar que la aculturación es un proceso que se ha dado desde tiempos remotos a lo largo de la historia del hombre y desde el primer momento en que hicieron contacto comunidades sociales diferentes. La aculturación ocurre en diversos grados de intensidad según las modificaciones culturales que se lleven a cabo, los cuales pueden ir desde los más leves, como el uso de una nueva palabra, hasta los más perceptibles y notorios como la modificación de un valor social.  Por lo generalson adoptados los rasgos de las culturas dominantes sobre las más débiles. Es decir, se imponen los cambios pero de manera asimétrica, porque aunque puede existir un intercambio mutuo de culturas, una siempre va a sobresalir y dominar en la otra.
Se puede apreciar como claros ejemplos de aculturación todos aquellos casos de pueblos colonizados, en los cuales las costumbres externas fueron más dominantes y, en algunos casos destructivas, sobre aquellas que modificaron o alteraron. La aculturación es un proceso constante, bien sea por causa directa o indirecta de la globalización, de los intercambios económicos o de los avances tecnológicos que facilitan la interconexión y comunicación, entre otros. En estos casos se puede hablar de una aculturación alcanzada de manera pacífica. Sin embargo, también puede lograrse a través de un proceso violento cuando se desencadenan enfrentamientos armados y los grupos de mayor fuerza superan y dominan, de diferentes maneras y entre ellas cultural, a los más débiles.

No obstante, la aculturación, bien sea individual o grupal, no es un hecho puntual, por el contrario, se genera a través del tiempo de manera continua y sistemática. Estas modificaciones toman un tiempo en los cuales se percibe la resistencia y la dominación. En resumidas cuentas, debemos concientizar a una sociedad agobiada, para hacer un cambio y una transformación de mente,  una metanoia[12], urge implementar a pasos agigantados una conciencia social, para rescatar, las virtudes, naturales en el ser humano. Esas virtudes que se materialicen en valores, que fortalezcan la moral y la ética, cultivando,  enseñando y difundiendo los valores. La iglesia tiene un claro compromiso, tanto hacvia la sociedad, como para con Dios; pero que a ciencia cierta sabemos, tiene un alto compromiso, con ella misma. Y creo que la iglesia al encerrarse en cuatro paredes y adoptar la figura de una infraestructura, y al dejar de ser itinerante y del camino, ha quedado deber a la sociedad, en esa sanación integral del ser humano. Nos falta mucho camino por recorrer, pero es hora que la pronta reacción venga a nosotros; encontremos la cordura y  el equilibrio. Encontrándonos a nosotros mismos, en el reino de Dios anunciado por su Hijo Jesucristo.











[1] Favelo Corzo, José Ramón, “Los Valores Universales y sus desafíos actuales”, Editorial Libros en Red, Colección insumos Latinoamericanos, año 2004, página 15.
[2] José Ramón Favelo Corzo, es doctor en filosofía 1984. Trabaja en el instituto de filosofía de la Habana,  Cuba y en el instituto de filosofía y letras de la universidad autónoma de puebla en cuba, ha publicado más de 50 escritos en diversos países. Fue premio nacional de la crítica Rizierri Frondizzi: pensamiento axiológico 1993; Mención del premio Iberoamericano de Ética y los valores y sus desafíos actuales 2001. Y premio de la academia de ciencias de Cuba.
[3] Lo afirmó, sin interrogaciones, el filósofo inglés Thomas Hobbes y, al analizar su famosa cita "El hombre es un lobo para el hombre", en 1651 el filósofo británicos Thomas Hobbes aseguraba que el hombre es un devorador del mismo hombre en sus propias palabras decía “que el lobo es un devorador del hombre” y que este está en guerra permanente con las demás especies que la rodean, esto, en su estado natural.

[4] La idea de imperativo categórico de Kant.
Todos en algún momento hemos hecho o pretendido hacer lo correcto, o nos hemos sentido mal por no hacerlo. El concepto de imperativo categórico de Kant está profundamente vinculado a este hecho.
Se entiende por imperativo categórico el acto o proposición que se lleva a cabo por el hecho de ser considerada necesaria, sin que existan más motivos para ser llevada a cabo que dicha consideración. Serían las construcciones que se realizan en forma de “debo”, sin estar condicionados por ninguna otra consideración, y serían universales y de aplicación en cualquier momento o situación. El imperativo es un fin en sí mismo y no un medio para lograr un resultado determinado. Por ejemplo, generalmente podemos decir “debo decir la verdad”, “el ser humano debe ser solidario”, “debo ayudar a otro cuando lo está pasando mal” o “hay que respetar a los demás”.
El imperativo categórico no tiene por qué tener un sentido aditivo, sino que también puede ser restrictivo. Es decir, no se trata solo de que hagamos algo, sino que también puede basarse en no hacerlo o dejar de hacerlo. Por ejemplo, la mayoría de personas no roba o hace daño a otras por considerar tal acción algo negativa. El imperativo categórico es un constructo eminentemente racional, que pretende tratar la humanidad (entendida como cualidad) como fin y no como medio para alcanzar algo. Sin embargo, se trata de imperativos difíciles de ver en la vida real en este sentido, puesto que también estamos muy sujetos a nuestros deseos y guiamos nuestra actuación en base a estos.


[5] La aculturación es el proceso a través del cual un individuo, un grupo de personas o un pueblo adquiere y asimila los rasgos y elementos de otra cultura diferente a la propia. De esta manera y por diversas causas muchos individuos o grupos sociales han modificado o adaptado diversos elementos culturales propios por otros, poniendo en peligro la pérdida de su cultura. Cabe mencionar que la aculturación es un proceso que se ha dado desde tiempos remotos a lo largo de la historia del hombre y desde el primer momento en que hicieron contacto comunidades sociales diferentes. La aculturación ocurre en diversos grados de intensidad según las modificaciones culturales que se lleven a cabo, los cuales pueden ir desde los más leves, como el uso de una nueva palabra, hasta los más perceptibles y notorios como la modificación de un valor social.  Por lo generalson adoptados los rasgos de las culturas dominantes sobre las más débiles. Es decir, se imponen los cambios pero de manera asimétrica, porque aunque puede existir un intercambio mutuo de culturas, una siempre va a sobresalir y dominar en la otra.
Se puede apreciar como claros ejemplos de aculturación todos aquellos casos de pueblos colonizados, en los cuales las costumbres externas fueron más dominantes y, en algunos casos destructivas, sobre aquellas que modificaron o alteraron. La aculturación es un proceso constante, bien sea por causa directa o indirecta de la globalización, de los intercambios económicos o de los avances tecnológicos que facilitan la interconexión y comunicación, entre otros. En estos casos se puede hablar de una aculturación alcanzada de manera pacífica. Sin embargo, también puede lograrse a través de un proceso violento cuando se desencadenan enfrentamientos armados y los grupos de mayor fuerza superan y dominan, de diferentes maneras y entre ellas cultural, a los más débiles.
No obstante, la aculturación, bien sea individual o grupal, no es un hecho puntual, por el contrario, se genera a través del tiempo de manera continua y sistemática. Estas modificaciones toman un tiempo en los cuales se percibe la resistencia y la dominación.


[6] Louis Althusser nació en Bir Mourad RaïsArgelia francesa, y estudió en la Escuela Normal Superior (Francia), donde más tarde se convirtió en profesor de Filosofía. Durante su juventud se siente fuertemente identificado con el cristianismo. Fue luego uno de los principales referentes académicos del Partido Comunista Francés (en cuyo interior se involucró en agrias disputas teóricas que desembocarían en su famosa autocrítica) y su pensamiento puede ser considerado como una respuesta a múltiples interpretaciones del marxismo, entre ellas el empirismo y el humanismo.
[7] LBLA Biblia de estudio de las Américas, año 2000, por Luckman Fundación.
[8] Oseas 3:2, Recupere, pues, a mi esposa pagando por ella quince monedas de plata y una carga de y media de cebada y le dije: “te quedaras aquí conmigo mucho tiempo, sin ofrecerte a nadie y sin traicionarme con ningún hombre, y yo tampoco tendré relaciones contigo.”  La Biblia Latinoamericana, edición revisada 2005 Letra Grande, texto traducido del hebreo y del griego, 57/a. Edición. Editorial Verbo Divino.
[9] Nuevo Diccionario Bíblico certeza, el más completo, Segunda Edición  en Castellano ampliada, F.F. Bruce y otros. Editorial Certeza Unida, Buenos aires argentina.
[10] Tamez, Elsa, en colaboración con Isela Trujillo E Irene Foulkes; “El nuevo testamento Griego”, palabra por palabra, año 2012,  editorial  sociedad bíblicas unidas. Página 20.
[11] Hechos de los apóstoles 4:34-35; “así que no  había entre ellos, ningún necesitado. Porque todo lo que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido  y lo ponían a los pies de los apóstoles y se repartían a cada uno según sus necesidades.
[12] Metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoiencambiar de opinión, arrepentirse, o de meta, más allá y nous, de la mente) es un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada, y corregirla para comentarla de mejor manera. Su significado literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección.
Esta palabra también es usada en teología cristiana asociando su significado al arrepentimiento, sin embargo y a pesar de la connotación que a veces ha tomado no denota en sí mismo culpa o remordimiento, sino la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra insatisfecha consigo misma. En tiempos de los primeros cristianos se decía del que encontraba a Cristo que había experimentado una profunda metanoia, como sinónimo de revelación divina o epifanía.
La metanoia también es denominada por la religión católica, como una transformación profunda de corazón y mente a manera positiva. Hay teólogos que sugieren que la metanoia es un examen de toda actividad vital y una transformación de la manera como se ven y aceptan los hombres y las cosas


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